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El Caballero de la Noche - Contenido educativo

Subido el 18 de septiembre de 2022 por Pilar L.

22 visualizaciones


Thriller de ficción para aprender a investigar, luchando por un mundo justo y sostenible, mientras se resuelven problemas de Matemáticas aplicadas:
https://www.amazon.es/dp/8409109816?ref_=pe_3052080_397514860

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Materias:
Biología, Geología, Historia, Matemáticas
Etiquetas:
Operaciones matemáticas
Niveles educativos:
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  • Educación Secundaria Obligatoria
    • Ordinaria
      • Primer Ciclo
        • Primer Curso
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      • Segundo Ciclo
        • Tercer Curso
        • Cuarto Curso
        • Diversificacion Curricular 1
        • Diversificacion Curricular 2
    • Compensatoria
Autor/es:
Pilar López del Castillo
Subido por:
Pilar L.
Licencia:
Dominio público
Visualizaciones:
22
Fecha:
18 de septiembre de 2022 - 14:54
Visibilidad:
Clave
Enlace Relacionado:
http://mathsforexplorers.blogspot.com/p/proyecto-las-matematicas-cobran-vida.html
Centro:
IES ALAMEDA DE OSUNA
Descripción ampliada:
Este libro es la continuación de «La Espadachina», novela que se escribió con objeto de iniciar en el cálculo, a una promoción de estudiantes de 1º ESO, del que fui tutora durante el curso 2015-2016. Mi objetivo era en principio, dedicarles una historia bonita, que invitando a la reflexión, mostrara indirectamente aplicaciones aritméticas, con las que pudieran percibir la utilidad de mi materia para la vida en general. Y así, el resultado de aproximación al mundo abstracto de las Matemáticas por parte del alumnado, y mi conexión pedagógico emocional con el grupo fueron tan extraordinarios, que me animaron a materializar este modo de proceder en un proyecto de centro, bautizado con el nombre de su principal objetivo: «Las Matemáticas cobran vida». Y tras una temporada de reflexión, analizando los errores más comunes que mis alumnos cometían en los exámenes de problemas, llegué a la conclusión de que debía cambiar algunas de las tácticas que les daba para explicárselos, optando por esquemas más sencillos y compactos de razonamiento, que combinados con una historia de intriga, les animaran a aplicar cuanto aprendían, al fascinante mundo de las Ciencias, tratando de ser capaces de arañar el poder extraordinario, que conlleva saber interpretar la naturaleza. Y por esta misma senda, es solo cuestión de tiempo, encontrar que otras aplicaciones invitan a reconocer que muchos de los teoremas que se manejan actualmente con gran soltura, se fraguaron en la Antigüedad, y fueron utilizados con ciertas variantes por los constructores de pirámides, los romanos, o tantos inventores de grandes descubrimientos, en los que se basan la mayor parte de las comodidades y artilugios electrónicos que hoy día manejamos con suma naturalidad. Por ello, una de las principales consecuencias del proyecto «Las Matemáticas cobran vida», es que los estudiantes conecten la materia de Matemáticas con las Ciencias y la Historia, descubriendo inevitablemente, que dicha influencia se extiende sin duda al ritmo y medida de la Música, al cómputo de los versos literarios, o a las proporciones que se estudian en Plástica, por citar solo algunos ejemplos. Finalmente, también aprenden que para compartir sus resultados a nivel mundial, han ser capaces de expresar todos estos conocimientos en Castellano y en Inglés, siendo deseable que también estudien otras lenguas.

Y así, encontramos un mundo muy bien articulado por el cálculo, donde saber razonar con lógica vale realmente para todo, pues ayuda a comprender, descifrar, interpretar, optimizar nuevos descubrimientos, y ofrecernos diversas comodidades. Pero la historia es testigo de que este proceso no nos ha salido gratis. Viene por desgracia acompañado, del lastre que supone estropear de algún modo nuestro mundo con la contaminación. De modo atroz. Y tal vez para siempre. Por ello, cada vez cobra mayor importancia, la necesidad de concienciar a los jóvenes, hoy alumnos e hijos, y mañana directores, políticos, médicos, investigadores... y padres, de que nuestro modo de vida debe ser necesariamente sostenible. Y de que tenemos el derecho a disfrutar del planeta en que vivimos, tanto como el deber de respetarlo, para que nuestros descendientes lo encuentren tan bello y limpio, como algún día lo recibieron nuestros antepasados. Sin embargo, la historia científica habla de una indudable recesión en este sentido, y nos echa en cara la lluvia ácida, el calentamiento global, el exceso de residuos irrecuperables, o la ingente cantidad de basura radiactiva que generan a diario multitud de centrales de fisión por todo el mundo, mientras muchos dirigentes todavía ven en las armas nucleares, el único medio de lograr la hegemonía universal. De este modo, cuando decidimos emplear sin mesura la energía de los átomos, y nos armamos hasta los dientes, no percibimos que nuestro planeta está cada vez más envenenado. Lo hemos hecho enfermar de radiación, sin querer reparar en que con un poco más de investigación y buena voluntad, podríamos abastecer nuestro mundo mediante fuentes renovables, de las cuales, el pilar más prometedor por excelencia es la solar. Esa energía que la naturaleza nos concede de modo gratuito, y que algunos gobiernos se empeñan en encarecer con impuestos injustos. Por eso, estos pensamientos me llevan a una reflexión muy seria: con las vacunas de Pasteur y la penicilina de Alexander Fleming, purificada por Florey y Chain a principios del s.XIX, se han salvado millones de vidas. Pero la pregunta clave es: ¿cuántas se perderán antes de tiempo por cánceres precoces, a causa del exceso de radiactividad que no podamos controlar? Porque llegará sin duda un momento en que de seguir así, ocurrirá precisamente eso: no podremos controlarla. Además, nos acompañará siempre, si reparamos en los períodos de semidesintegración de los materiales que las centrales nucleares utilizan como combustible. Y será entonces, cuando todos los mares estén contaminados, cuando en nuestras huertas crezcan hortalizas radiactivas, y vayamos donde vayamos, todo supere de algún modo los umbrales de seguridad en la radiación, solo entonces nos daremos cuenta con triste dureza, de que el poder y el dinero no se pueden comer.

Pero ahora, de momento, caigo en la cuenta de que afortunadamente aún hay tiempo para volver atrás, rebobinando la cinta del destino. Y es cuando siento con gran responsabilidad, que como profesora, debo educar en afinar el cálculo con la sensibilidad adecuada. No solo para que se apruebe mi materia, sino para entrenar a futuros dirigentes que sepan pensar con la formación y coraje necesarios, para iniciar la recuperación que necesita nuestro mundo. Porque si todo sale como deseo, serán ellos quienes tracen una senda distinta, a favor de la sostenibilidad. Y junto a muchos otros docentes y formadores de todos los rincones del planeta, sabremos que lo hemos conseguido, cuando nuestra sociedad se llene de luchadores que la vayan transformando poco a poco, que reciclen los residuos como corresponde, que logren la misma energía que nosotros, pero de forma limpia, que se armen de solidaridad, y no de misiles, que respeten la diversidad, que sean capaces de formar a sus sucesores mejor de lo que lo hicimos nosotros, y que siendo así, comprueben que también pueden ser más felices.

Entonces, sentada en mi escritorio mientras redacto estas líneas, me regocijo con el pensamiento de que mañana mismo, cuando suene el timbre otra vez, anunciando la entrada a una de mis clases de Matemáticas en 1º ESO, volveré a mi profesión docente con la emoción de saber que voy a encontrarme una vez más, con los salvadores del futuro.

Uno de ellos, fraguado en mi mente, es: «El Caballero de la Noche».

Ya es hora de conocerlo.

Y espero que os guste, porque yo, lo veo a diario reflejado en muchos rostros.
Para imprimirlo, podéis adquirirlo en Amazon:
El Caballero de la Noche: Adquirir ejemplar
Tamaño:
169.46 MBytes

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